A las marejadas no le importan los partidos
- Calixto Negron Aponte

- 7 oct
- 2 Min. de lectura

Las marejadas recientes nos recordaron algo simple: sin costas sanas no hay seguridad de vida y propiedad, ni economía local que aguante.
La delegación del PIP en el Senado denunció que, aun con evidencia científica y daños a la vista, la mayoría del PNP ha frenado o ignorado medidas básicas para mitigar la crisis climática en el litoral.
No es un tema de partidos; es de sentido común. Cuando sube el nivel del mar y la erosión “barre” infraestructura pública y privada, perdemos todos: familias, comerciantes, municipios y contribuyentes.
Por eso urge actuar antes de la próxima “marejada de muertos”, un evento estacional que especialistas advierten suele golpear entre finales de octubre y principios de noviembre.
¿Qué significa actuar?
Iniciativas concretas y probadas que cualquier ciudadano —sea del partido que sea— puede respaldar:
Aprobar una Ley de Zona Costanera que use criterios de peligrosidad reales y garantice el acceso a las playas.
Proteger y restaurar dunas y conservar humedales: barreras naturales que reducen daños y costos públicos.
Impulsar mitigación basada en la naturaleza (no solo cemento).
Actualizar los deslindes de la zona marítimo-terrestre con vencimiento máximo de 5 años, porque la costa cambia y la ley debe reflejarlo.
Exigir al DTOP un inventario de carreteras y puentes en riesgo y un plan de acción claro.
Atender infraestructura crítica como aeropuertos ubicados cerca de la costa (Isla Verde, Isla Grande, Aguadilla, Mayagüez, Ponce).
Estas propuestas no son ideológicas; son un seguro de país. Evitan pérdidas millonarias, estabilizan comunidades y dan certezas a quienes invierten y trabajan aquí.
Postergar lo obvio es caro e irresponsable.
Como señaló la portavoz del PIP, María de Lourdes Santiago y Adrian González, la política pública debe reconocer la vulnerabilidad especial de nuestras costas para proteger vidas y propiedades y, a la vez, promover desarrollo económico.
El mar no pregunta por colores. Y cada día que pasa sin medidas, perdemos terreno. Literalmente.
FIN



Comentarios